Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. La hiperglucemia crónica puede dañar los vasos sanguíneos y contribuir al endurecimiento de las arterias, aumentando el riesgo de hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares.
Uno de los principales problemas es que la diabetes afecta la producción de óxido nítrico, una molécula clave para la dilatación de los vasos sanguíneos. Esto puede provocar una mayor presión arterial y una reducción en el flujo sanguíneo, lo que a largo plazo daña el corazón.
Los cardiólogos recomiendan a los diabéticos mantener un control estricto de su glucosa, colesterol y presión arterial para reducir el riesgo de complicaciones. Una alimentación balanceada, el ejercicio regular y la medicación adecuada pueden ayudar a proteger la salud cardiovascular en personas con diabetes.