El uso de suplementos para el control de la diabetes ha ganado popularidad en los últimos años. Algunos estudios han demostrado que ciertos compuestos, como el cromo, el magnesio y el ácido alfa lipoico, pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles de glucosa en sangre.
El cromo, por ejemplo, juega un papel clave en el metabolismo de la glucosa y ha mostrado efectos positivos en algunos estudios clínicos. El magnesio es otro mineral esencial para la regulación de la insulina, y su deficiencia se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Por su parte, el ácido alfa lipoico es un antioxidante que puede reducir el daño nervioso en personas con neuropatía diabética.
Si bien los suplementos pueden ser un complemento útil, no deben sustituir una dieta equilibrada ni el tratamiento médico recomendado. Es importante consultar con un especialista antes de incluir cualquier suplemento en la rutina diaria, ya que algunas interacciones pueden afectar la eficacia de los medicamentos para la diabetes.